Los viernes noche para mí siempre han sido noches de romanticismo ya que termina la semana, laboralmente hablando, y es el momento ideal para quedar con tu pareja más tiempo de lo que la puedas ver durante la semana.
Nosotros somos muy fans de ir a cenar a algún sitio íntimo los viernes y darnos un pequeño homenaje y por ello el pasado viernes decidimos probar Kappo, un restaurante asiático del que habíamos leído muy buenas críticas, que está en una zona que nos encanta y que teníamos muchas ganas de probar.
¿Dónde está?
Kappo Barcelona está en el Passatge Lluís Pellicer 24, una callecita muy especial entre c/Muntaner y c/Casanova.
Es casi imprescindible reservar porque hay muy pocas mesas.
¿Cómo es la decoración?
Es un local muy sencillo, con pocos elementos decorativos llamativos formando un todo muy armonizado y con una iluminación muy tenue que invita a un ambiente relajado.
¿Cómo nos trataron?
El servicio fue estupendo. La señora que nos atendió fue muy amable y, a pesar de que tenía bastante trabajo porque estaba ella sola para todas las mesas, nos dedicó el tiempo que precisábamos y nos dio las explicaciones pertinentes para poder disfrutar al máximo de Kappo.
¿Qué comimos?
Como nos pasa siempre que vamos a un restaurante que no conocemos, lo queríamos probar todo; así que nos decidimos por pedir varios platos que poder compartir y hacernos una opinión más completa.
Empezamos pidiendo unos Nems, unos rollitos vietnamitas de carne que estaban muy buenos, y un Hummus con pan de pita crujiente que desde el corazón os digo que habiendo probando muchos, es el mejor hummus que hemos comido nunca.
Como platos principales, aunque también para compartir, pedimos un Bibimbap, un plato típico de la gastronomía coreana con una base de arroz con verduras al vapor, carne y huevo que hay que mezclar para apreciar bien todos los sabores y que estaba delicioso; y un Mee Krob, un plato tailandés muy original a base de fideos crujientes y verduras con una salsa algo agridulce, que estaba francamente bueno.
Decidimos terminar con un helado/sorbete de limón y jengibre que resultó muy refrescante y digestivo.
Y…¿cómo está de precio?
Espectacular.
Todo, comida más bebida, nos costó 42,30€ es decir 21,15€ por persona.
De verdad os lo digo, cenar con esa calidad, con cantidades más que correctas y a ese precio es, actualmente, muy difícil. Además, por poneros un ejemplo, el Hummus cuesta 4,95€ y yo los he probado de 6-7€ cuya calidad y cantidad era infinitamente inferior a la del Hummus de Kappo.
Valoración global
Un 10. Cumple con nuestros requisitos para ser un restaurante excelente: buen ambiente, buen servicio, calidad inmejorable y precio muy aceptable.
Como única pega diré que al ser un espacio tan pequeño, a la que todos los comensales empiezan a hablar, el volumen sube considerablemente y se pierde un poco ese encanto romántico. Pero ya os digo, es el único defecto que he sido capaz de encontrar.
Nosotros sin duda repetiremos, de hecho, ya hemos convencido a unas amigas para que nos acompañen la próxima ocasión.
Teresa
Si queréis ver más fotos y más reflexiones, podéis encontrarme también en Facebook y en Instagram.